Las ideas suelen revolotear en las mentes más inquietas. ¿Acaso tienen una misión importante? De no ser asÃ, serÃan sólo como mosquitos revoloteando, mientras emiten un sonido desesperante en medio de una noche donde la luz se acaba de despedir.
¿Qué son las ideas? ¿De dónde vienen? ¿Llegan en el mismo avión en que viajan los sentimientos o vienen en vuelos distintos? Nadie sabe, nadie responde. Parece la tÃpica pregunta incómoda que reciben los amigos con derechos "¿ustedes qué son?".
Las ideas suelen venir en manada con recuerdos y emociones, que se mezclan como una masa de pancakes para crear cosas nuevas. Asà van creciendo y creando nuevas fantasÃas que se transforman en realidades.
Hay dÃas en los que sientes que tienes tantas ideas, que no son aptas para estar gobernadas bajo un mismo cerebro, pero llegan de manera seductora a convencerte de realidades lejanas, pero encantadoras. Son cautivadoras, como ese tipo que ves sentado en un café o en un aeropuerto leyendo mientras se toma un café, enfocado en lo que no ha visto, en lo que no conoce, en lo invisible que va volviendo visible y mientras tanto, el mundo superficial desaparece por un instante…
...Y en ese instante que todo lo invisible se vuelve realidad, la magia de lo desconocido se encarga de presentarte personas que antes eran sólo ideas, conceptos lejanos de algo que no conocÃas, es como estar viviendo en la oscuridad de la caverna platónica con ganas de salir a experimentar el mundo externo. Y asà llegaste, en forma de idea, distante y cercana al mismo tiempo, invisible, pero palpable, con incertidumbre momentánea y fé infinita.
-Llegaste como idea y te quedaste como realidad-
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