La vida es un misterio insondable


 ¿Será que los años llegan como una lluvia pesada y fría, cargada de todo lo que creemos debería ser la vida? ¿Será que con el peso del tiempo, nuestra mente, se vuelve más cuadriculada, las ganas y la pasión de hacer nuestros sueños realidad cambia de estado, pasando de sólido a líquido y finalmente a gaseoso? Escapándose, de la forma más silenciosa e inesperada...

Tantas preguntas que llegan en cascada después de leer un párrafo de un libro de Murakami:

"Había alcanzado esa edad en la que ya no era joven y algo se perdía irremediablemente en mi, como sí un fuego en mi pecho se extinguiera poco a poco, y me olvidara del calor que me había proporcionado.

Supongo que en algún momento tendría que haber reaccionado, haber tomado alguna medida, pero siempre lo dejaba para más adelante..." - La muerte del Comendador, Libro 1 - Haruki Murakami.

Creo que cuando uno hace el ejercicio de recordarse a sí mismo cuando era más joven, conociendo por primera vez tantas cosas de la vida semi-adulta, es normal reconocerse más ilusionado, más vibrante, más creyente en que todo es posible, pero puede ser que el paso del tiempo vaya destiñendo todas esas creencias y formas de percibir el mundo. Puede ser que "la madurez" nos vuelva más rígidos, más racionales, hasta más miedosos y, por lo tanto, menos soñadores y, quizá debido a eso, nos entregamos a la vida como unos simples veleros, esperando a que el viento sea nuestra brújula y nos mueva según le plazca.

A mayor número de años, mayor debería ser la fe. La fe en la vida, la fe en nuestros sueños, la fe en la humanidad, la fe en nosotros mismos. A medida que nos adentramos en el camino de la madurez, deberíamos trabajar por conservar la fe intacta en las cosas buenas de la existencia, en disfrutar lo que alguna vez nos hizo tan felices y dejar de dar por sentado cualquier cosa que se nos aparece en el camino, porque como bien dice Murakami: "Miro atrás y me doy cuenta de que la vida es un misterio insondable. Está llena de casualidades, de cambios de rumbo tan repentinos e increíbles como retorcidos e impensables; y cuando suceden, no apreciamos, sin embargo, ningún misterio en ellos".

Ana María Bustos

No hay comentarios:

Publicar un comentario