El silencio es como una nube, se puede ver, percibir, pero nunca será palpable. Tiene esa característica mítica de las cosas que existen en la tierra, pero que son difíciles de entender y explicar, como el tiempo, los sueños, los recuerdos, tú y yo.
Dejamos que una nube se metiera entre nosotros dos. La dejamos y la alimentamos con millones de palabras insonoras, con miedos, con orgullo, con rabia y hasta con nostalgia. Le pusimos 'mute' a los sueños y a las situaciones por venir.
Entre tú y yo vive una nube, pero como toda las cosas que nacen, algún día deben morir. Por ahora, sigamos alimentándola con recuerdos afónicos y sonrisas mudas.
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