Un dÃa cualquiera, cuando el sol alumbraba con más fuerza en esa ciudad mÃtica, él decidió hablarle a ella, la mujer que encontraba más hermosa en todo el universo.
-Él era un hombre arriesgado en los negocios, pero tÃmido en el amor. Él soñaba con ella, pero no sabÃa si ella soñaba con él.
Ella era una mujer misteriosa y soñadora. Nunca dejaba entrever sus sentimientos y mucho menos sus pensamientos-.
El sol, con el pasar de cada minuto, se hacÃa más intenso y las nubes aguantaban sus ganas de llover. No se sabe si fue el clima, el que logró causar un efecto en él o si fue ella la que lo sedujo e indujo a la conversación, la primera que habrÃa entre ellos 2.
Estaban en el hotel de la familia de ella, cuando él pasó por su lado y se dejó llevar por su sonrisa. Ahà su timidez se derritió y su lado arriesgado salió a jugar en el partido de la conquista.
Ella lo miraba con incertidumbre, mientras él se presentaba como un principe encantado. Él estaba feliz de estar hablando con la mujer que siempre habÃa soñado y ella estaba entretenida con la conversación, pero un tanto asombrada con la situación.
El tiempo pasó y mientras que el sol le daba la bienvenida a la luna, él y ella seguÃan sumergidos en una conversación que parecÃa no tener fin.
¿De qué hablarÃan? Sólo ellos lo sabrÃan.
El paso de las horas aumentaba el impulso de él por conquistarla a ella. Le ofreció un whisky y ella lo aceptó. Después, sus ganas de tenerla más cerca, lo llevaron a sacarla a bailar una canción lenta y seductora, pero ella lo entendió todo y dijo: "mejor no".
Ella siempre fue clara, él sabia todo, pero tal vez no querÃa aceptarlo, porque aún cuando las cosas son tan evidentes, nuestros más Ãntimos deseos nos hacen camuflar las evidencias para vivir en la realidad que queremos y no en la que está frente a nosotros.
Él se fue con la verdad de ella a vivir de nuevo en la frÃa ciudad que lo vio nacer y ella siguió su vida en la ciudad mÃtica, construyendo sueños junto al mar.
-Él era un hombre arriesgado en los negocios, pero tÃmido en el amor. Él soñaba con ella, pero no sabÃa si ella soñaba con él.
Ella era una mujer misteriosa y soñadora. Nunca dejaba entrever sus sentimientos y mucho menos sus pensamientos-.
El sol, con el pasar de cada minuto, se hacÃa más intenso y las nubes aguantaban sus ganas de llover. No se sabe si fue el clima, el que logró causar un efecto en él o si fue ella la que lo sedujo e indujo a la conversación, la primera que habrÃa entre ellos 2.
Estaban en el hotel de la familia de ella, cuando él pasó por su lado y se dejó llevar por su sonrisa. Ahà su timidez se derritió y su lado arriesgado salió a jugar en el partido de la conquista.
Ella lo miraba con incertidumbre, mientras él se presentaba como un principe encantado. Él estaba feliz de estar hablando con la mujer que siempre habÃa soñado y ella estaba entretenida con la conversación, pero un tanto asombrada con la situación.
El tiempo pasó y mientras que el sol le daba la bienvenida a la luna, él y ella seguÃan sumergidos en una conversación que parecÃa no tener fin.
¿De qué hablarÃan? Sólo ellos lo sabrÃan.
El paso de las horas aumentaba el impulso de él por conquistarla a ella. Le ofreció un whisky y ella lo aceptó. Después, sus ganas de tenerla más cerca, lo llevaron a sacarla a bailar una canción lenta y seductora, pero ella lo entendió todo y dijo: "mejor no".
Ella siempre fue clara, él sabia todo, pero tal vez no querÃa aceptarlo, porque aún cuando las cosas son tan evidentes, nuestros más Ãntimos deseos nos hacen camuflar las evidencias para vivir en la realidad que queremos y no en la que está frente a nosotros.
Él se fue con la verdad de ella a vivir de nuevo en la frÃa ciudad que lo vio nacer y ella siguió su vida en la ciudad mÃtica, construyendo sueños junto al mar.